Un sótano puede convertirse en un universo propio cuando el diseño sigue un hilo conductor poderoso. En este proyecto, la inspiración nace en los arrecifes marinos de Los Roques, un mundo lleno de color, serenidad y vida que guía cada decisión estética. El resultado es un espacio envolvente y fresco que invita a desconectar del exterior.


La pieza central es un imponente mural de ocho metros que funciona como ventana hacia un paisaje submarino. Sus tonos, formas y sensaciones marcan el ritmo del resto del ambiente, convirtiéndose en el corazón emocional de la estancia. A partir de él se construye toda la narrativa visual del espacio.
El mobiliario, las texturas y la iluminación se han elegido para acompañar esa inmersión marina, creando un rincón único para compartir momentos en familia y con amigos. Un lugar pensado para disfrutarse sin prisa, donde cada detalle te recuerda que el diseño también puede transportarte.